Presentada por vez primera en Art Basel Miami Beach en diciembre de 2019, donde estuvo a la venta por 120.000 dólares en el estand de la célebre galería Perrotin, la obra ‘Comedian’, de Maurizio Cattelan (un plátano pegado a la pared con cinta adhesiva), debuta en subasta. Será en la sala Sotheby’s de Nueva York el 20 de noviembre. Su valor estimado: entre 1 y 1,5 millones de dólares. Antes de la venta hará una gira mundial por Nueva York, Londres, París, Milán, Hong Kong,| Dubái, Taipéi, Tokio y Los Ángeles. Entendemos que no será el mismo plátano el que visite todas estas ciudades. Una ‘performance’ digna de aparecer en un capítulo de la serie ‘Bellas Artes’. Perrotin logró vender en la feria las tres ediciones de la obra (entre los compradores, Sarah Andelman, fundadora de la boutique Colette, y Billy y Beatrice Cox, de Miami), incluso elevando el precio a 150.000 dólares por la copia final. A pesar de que había muchas personas interesadas en comprarla, incluido Damien Hirst, la galería optó por conservar dos pruebas de artista.

Desde que apareció en 2019, la ¿obra de arte? se convirtió rápidamente en una sensación viral mundial que dejó un impacto duradero en la conciencia cultural contemporánea. Su aparición atrajo a multitudes, dividió a espectadores y críticos por igual y causó tal caos que tuvo que ser retirada del recinto antes del final de la feria. Venerada y muy discutida (y devorada no solo una, sino dos veces), la obra encabezó las noticias compartidas en todo el mundo. Ninguna otra obra de arte del siglo XXI ha provocado la misma controversia, ni trastocado la definición misma del arte contemporáneo como ‘Comedian’, de Cattelan.

Se halla dentro de un legado histórico de obras conceptualmente audaces que redefinieron lo que el arte podría ser: desde ‘La Fuente’, de Marcel Duchamp -convirtió un urinario en una obra emblemática del arte moderno al firmar audazmente el ‘ready-made’ con el seudónimo «R. Mutt» en 1917-; hasta el dibujo borrado de De Kooning que hizo Robert Rauschenberg en 1953 -un artista legendario desfiguró la obra de otro igualmente legendario para desestabilizar las nociones de originalidad artística-; el tiburón en formol de Damien Hirst en 1991 o ‘El amor está en la papelera’, de Banksy, que se hizo trizas después de ser vendido en Sotheby’s en 2018, creando una nueva obra de arte en tiempo real. Estas obras revolucionarias compartían un espíritu de bromista iconoclasta que provocó que el público cuestionara el significado del arte desde dentro de los mismos sistemas que posibilitan su creación y recepción.

En una entrevista con ‘The Art Newspaper’, Cattelan reflexionó sobre los fundamentos conceptuales de ‘Comedian’ y dijo: «Para mí, ‘Comedian’ no era una broma; era un comentario sincero y una reflexión sobre lo que valoramos. En las ferias de arte, reinan la velocidad y los negocios, así que lo vi así: si tuviera que estar en una feria, podría vender un plátano como otros venden sus pinturas. Podría jugar dentro del sistema, pero con mis reglas».

Tras su presentación en 2019, ‘Comedian’ se convirtió en un fenómeno mediático: el plátano atado con cinta adhesiva apareció en la portada de ‘The New York Post’. Se concibió en una edición de tres, más dos pruebas de artista. Un ejemplar se conserva en la colección del Museo Guggenheim de Nueva York, donado por un anónimo. La donación no incluía ni el plátano, ni la cinta adhesiva, sino un certificado de autenticidad de 14 páginas con instrucciones para montarla: cuándo cambiar el plátano (cada siete o diez días) y a qué altura colocarlo (a 1,75 metros del suelo).

«¡El plátano de Cattelan se va al Guggenheim!», celebraba la galería Perrotin en su cuenta de Instagram. «Estamos agradecidos de recibir esta donación, una demostración más de la hábil conexión del artista con la historia del arte moderno», dijo el director del Guggenheim, Richard Armstrong , al ‘New York Times’. La crónica de este diario iba titulada así: «Es un plátano. Es arte. Y ahora es problema del Guggenheim».

Cattelan eleva el objeto cotidiano al ámbito del arte, siguiendo los pasos del Dadá y de Warhol (y sus latas de sopas Campbell), para quienes la idea, o el concepto, era de suma importancia, más importante aún que el proceso de creación. En muchos sentidos, ‘Comedian’ es un autorretrato de este ‘enfant terrible’, Maurizio Cattelan: una obra lograda por medio de la provocación, el humor y la profanación. En su retrospectiva en el Museo Guggenheim de Nueva York, sus obras colgaban suspendidas en la rotonda.

Maurizio Cattelan es uno de los mayores provocadores del arte contemporáneo. Ha alterado persistentemente el ‘statu quo’ del mundo del arte de maneras significativas, irreverentes y a menudo controvertidas. Ha expuesto en los museos más importantes del mundo: el MoMA de Nueva York (1998), el Centro Pompidou de París (2000), el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles (2003), el Museo del Louvre de París (2004) y la Colección Menil de Houston (2010). Participó en la Bienal de Venecia (1993, 1997, 1999, 2002 y 2011) y en la Bienal del Whitney (2004). Su récord en subasta se estableció en 2016, cuando ‘Him’ se vendió por 17,2 millones de dólares.