Más de medio siglo pasó colgada en el salón de una casa sin que su descubridor ni sus herederos fueran conscientes del tesoro que tenían en sus paredes. Una pintura enrollada, encontrada en la década de 1960 por un comerciante de segunda mano de Capri (Italia), ha sido confirmada como una creación auténtica del famoso pintor español, uno de los artistas más icónicos del siglo XX.
El hallazgo se remonta a los años 60, cuando un joven comerciante que limpiaba un sótano en una villa de la isla italiana halló un lienzo abandonado. Ignorante del valor potencial de la obra, decidió conservarla en su casa. El cuadro, que muestra un retrato distorsionado de una mujer con una firma en cursiva que apenas llamó la atención del comerciante, permaneció colgado en la sala de su hogar durante casi medio siglo, sin que nadie supiera su verdadera procedencia, según ha informado el medio italiano ‘Il Giorno’.
No fue sino hasta que el hijo mayor de la familia, intrigado por la similitud de la imagen con retratos de Picasso vistos en sus libros escolares, decidió investigar más a fondo. La sospecha de que la pintura pudiera ser una obra auténtica del maestro cubista desencadenó una serie de análisis y estudios detallados que involucraron a reconocidos expertos en arte y en técnicas científicas.
Tras años de investigaciones, el veredicto es claro: el retrato es uno de los muchos que Picasso realizó de su musa y amante Dora Maar, en algún momento entre finales de los años 40 y principios de los 50. Los estudios químicos del lienzo, junto con el análisis de la firma a cargo de la grafóloga forense Cinzia Altieri, han confirmado la autenticidad de la obra.
El descubrimiento no estuvo exento de dificultades. A lo largo del proceso, surgieron dudas sobre el origen del cuadro, incluso se practicó un breve embargo por sospechas de robo. Sin embargo, la intervención de la Fundación Arcadia, encabezada por Luca Gentile Canal Marcante, fue clave para desvelar la verdad. La opinión final de expertos, como el ingeniero Maurizio Seracini, cimentó la autenticidad del lienzo y despejó las últimas dudas sobre su procedencia.
A pesar de estas revelaciones, la Fundación Picasso en París, encargada de custodiar el legado del artista, aún no ha incluido el retrato en el catálogo oficial de las obras del maestro. La explicación radica en que el genio malagueño produjo más de 14.000 piezas, y la Fundación recibe cientos de solicitudes similares diariamente. Sin embargo, Marcante y su equipo están decididos a que esta obra sea reconocida oficialmente.
El valor de la pintura, que ya ronda los seis millones de euros, podría dispararse a más de diez tras su inclusión en el mercado, un cambio que transformará la vida de los herederos del comerciante, que, sin saberlo, había guardado durante décadas una joya del arte moderno.