Un retrato del matemático inglés Alan Turing, al que se le considera padre de la Inteligencia Artificial, se convirtió el jueves en la primera obra de arte realizada por un robot humanoide en ser vendida en una subasta.

‘A.I.God’, el retrato de 2,2 metros de altura hecho precisamente con IA por la robot ultrarrealista Ai-Da, superó con creces los 180.000 dólares en los que lo había tasado la casa de subastas Sotheby’s Digital Art Sale y se adjudicó en 1,08 millones de dólares (1,6 millones de euros), según recoge AFP.

Para la casa de subastas, esta venta «marca un hito en la historia del arte moderno y contemporáneo y refleja la creciente intersección entre la tecnología de IA y el mercado global de arte».

«El valor clave de mi trabajo es su capacidad para servir como catalizador del diálogo sobre las tecnologías emergentes», afirmó Ai-Da Robot, que se expresa mediante inteligencia artificial. «Un retrato del pionero Alan Turing invita a la audiencia a reflexionar sobre la naturaleza divina de la IA y la informática, considerando las implicaciones éticas y sociales de estos avances», agregó.

El robot con forma de mujer es uno de los más avanzados del mundo y fue diseñado por Aidan Meller, un especialista en arte moderno y contemporáneo.

Meller sostiene que «los artistas más grandes de la historia se enfrentaron a su época y celebraron y cuestionaron los cambios sociales». A su juicio, Ai-Da Robot, «al ser tecnología, es la artista perfecta para discutir los desarrollos actuales de la tecnología y su legado».

Ai-Da es capaz de generar ideas a través de conversaciones con miembros del estudio y, de hecho, suya fue la sugerencia de crear un retrato de Turing.

Los miembros del estudio le preguntaron sobre el estilo, el color, el contenido, el tono y la textura que iba a usar. Después le pusieron frente a las cámaras de sus ojos una fotografía de Turing y la robot produjo la pintura.

A principios de 2024, Ai-Da exhibió ‘AI God’ como parte de un políptico de cinco paneles en las Naciones Unidas durante la Cumbre Global AI for Good en Ginebra. Junto a su retrato de Turing, el políptico incluía una pintura de Ada Lovelace, una de las primeras visionarias de la informática, y un autorretrato de la propia Ai-Da, conectando visualmente la evolución de la IA desde la teoría hasta el arte autónomo.


La robot Ai-Da, junto a su obra


EFE

Meller lideró el equipo que creó Ai-Da con especialistas de inteligencia artificial de las universidades inglesas de Oxford y Birmingham. Este experto en arte explica que Turing, que se hizo famoso como matemático, pionero informático y criptógrafo durante la Segunda Guerra Mundial, ya había expresado sus preocupaciones sobre el uso de la IA en los años 1950.

«Los tonos apagados y los planos faciales rotos» de la obra parecen evocar «los problemas con los que Turing advirtió que nos enfrentaríamos para gestionar la IA», afirma Meller.

El trabajo de Ai-Da es «etéreo e inquietante» y «continúa cuestionando adónde nos llevará el poder de la IA y la carrera global para aprovechar su potencial», explica.