
Priscila, una jóven nacida en Ushuaia y radicada actualmente en Chascomús, confirmó dos presentaciones en Buenos Aires: el 30 de octubre en el Palacio Libertad y el 2 de noviembre en el Salón Dorado del Teatro Colón. En septiembre participó en la Feria de las Regiones, donde interpretó zambas y piezas vinculadas a la identidad fueguina. Su formación incluye canto coral, danza clásica y un intenso trabajo con la Orquesta Escuela de Chascomús.
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a historia musical de Priscila comenzó a los tres años, cuando tomó un violín por primera vez de la mano de su padre. Desde entonces, la disciplina y la pasión marcaron un camino que hoy la ubica en escenarios nacionales de gran prestigio “Al principio era un juego, pero después se volvió lo que más disfruto”, recordó al repasar su vínculo con el instrumento.
Durante su infancia en Ushuaia participó en conciertos escolares, festivales barriales y actividades culturales como la Noche Más Larga. También estudió canto coral y danza clásica, lo que le brindó una formación artística integral “todas esas experiencias me ayudaron a sentirme cómoda en el escenario y a querer seguir creciendo”, señaló.
Hace un año y medio, junto a su familia, se trasladó a Chascomús. Allí ingresó a la Orquesta Escuela, donde encontró un ámbito de formación profesional con ensayos diarios y participación en diferentes agrupaciones “en la orquesta somos muchos chicos, pero trabajamos con una disciplina de alto nivel. Eso me permitió mejorar muchísimo en poco tiempo”, explicó.
En septiembre representó a Tierra del Fuego en la Feria de las Regiones organizada en la Ciudad de Buenos Aires. Eligió un repertorio de raíz folclórica, con obras como La flor azul y El poncho fueguino, y expresó que le “gustó volver al folclore, que lo tenía un poco relegado. Fue lindo mostrar parte de nuestra identidad en un evento tan federal”.
Los próximos meses traerán desafíos aún mayores. El 30 de octubre se presentará en el Palacio Libertad, en un concierto con la Orquesta Juvenil Argentina, y el 2 de noviembre integrará un cuarteto de cuerdas en el Salón Dorado del Teatro Colón “Es un escenario soñado. Poder tocar allí es un orgullo enorme y una oportunidad única para mí”, expresó con entusiasmo.
Priscila tiene metas claras: proyecta una carrera profesional que combine la música académica con repertorios populares “Me imagino viviendo de la música, tocando como solista con orquestas importantes y también mostrando el folclore argentino en distintos países”, afirmó.
La joven destacó el rol de quienes la apoyan. Agradeció a su familia, a los referentes de la Casa de Tierra del Fuego y del Gobierno porteño que le facilitaron espacios, a la Fundación SOIJAr y al maestro Rafael Gintoli, con quien perfecciona su técnica “Sin ese acompañamiento nada de esto sería posible”, reconoció y subrayó el vínculo con su ciudad natal “Nacer en Ushuaia es parte de mi identidad. Aunque sea un lugar aislado, me dio las bases para lo que hago ahora. Siempre me gusta representarlo en cada lugar donde voy a tocar”.